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Talleres de punto, banco de pelucas, entrega de revistas, cuidado de la piel, acompañamiento en planta, mercadillos solidarios, clases de yoga y campañas de sensibilización son algunas de las actividades que ofrece el voluntariado de la Fundación MD Anderson Cancer Center España, que este 2018 cumple ya diez años. “Es un voluntariado ya muy asentado, muy estructurado y, sobre todo, comprometido con los proyectos y con los pacientes”, explica Patricia Pradera, psicooncóloga y  coordinadora de las actividades de voluntariado de la Fundación MD Anderson España, con motivo de la celebración el próximo miércoles 5 de diciembre del Día Internacional de los Voluntarios.

Precisamente por esta figura, la del voluntario, se preocupa especialmente la Fundación, ya que cualquier persona que quiere unirse y finalmente es seleccionada como un perfil adecuado para participar en las actividades de voluntariado recibe previamente una formación en comunicación y gestión de las emociones. “Realizamos siempre una primera entrevista con la persona interesada en la que le explicamos las actividades que tenemos y comprobamos que es el perfil adecuado; una vez la persona se incorpora al equipo, recibe formación para la actividad en la que va a colaborar”, incide Pradera.

Es el caso de Teresa, ex paciente de MD Anderson Cancer Center Madrid que, a sus 46 años, lleva casi dos años formando parte del equipo de voluntariado de la Fundación MD Anderson España. “Siempre había tenido ganas de hacer algo más allá, de aportar mi granito de arena y, tras la buena atención que recibí en el centro, decidí que quería devolverles todo lo que habían hecho por mí a través de la Fundación”, explica Teresa.

Durante la entrevista previa que me hicieron, me contaron qué actividades tenían en marcha y al final tú sabes dónde puedes aportar y ayudar más, aunque es verdad que luego todos intentamos ayudar en todo”, continúa Teresa que, en su caso, lideró la campaña de crowdfunding para lograr la edición del libro “Mi fantasma ya no asusta”.

Este proyecto consistió en la edición de un libro de relatos basados en la experiencia de cinco pacientes que se entrega a pacientes de nuevo diagnóstico o comienzo de tratamientos en el hospital. “Teníamos el proyecto listo, pero nos fallaba la financiación, así que me puse a investigar y descubrí una plataforma de crowdfunding para proyectos sociales y pensé que teníamos que intentarlo”, cuenta Teresa. Solo dos días después de colgar el proyecto en la plataforma, ya había recaudado el dinero necesario para editar el libro. “La verdad es que fue un éxito y esto es importante porque muchas veces piensas que no hay humanidad, pero después cambias de idea al ver cómo responde la gente ante proyectos así”, subraya esta voluntaria.

Aunque en el caso de Teresa, ella sí fue paciente del centro, las actividades que ofrece el voluntariado están abiertas a cualquier persona interesada que quiera participar o beneficiarse de las mismas, de manera que se puede desde solicitar una peluca hasta apuntarse a las clases de yoga.

 

Sensibilización, acompañamiento, apadrinar un evento o voluntariado digital

Entre las actividades de voluntariado, Pradera destaca entre otras, cuatro formas de ayudar. La primera de ellas, el voluntariado de sensibilización, se refiere a la organización de  campañas informativas para la prevención y diagnóstico precoz del cáncer. La segunda es el voluntariado asistencial o de acompañamiento, encargado de la ayuda más directa al paciente en su día a día en el hospital.

En tercer lugar, apadrinar un evento, que nace de la propia iniciativa de algunos voluntarios o personas ajenas a la Fundación, que organizan eventos solidarios, como  carreras, conciertos, cenas o cócteles; con el objetivo de recaudar fondos para proyectos de investigación de la Fundación.

Por último, el voluntariado digital, que puede ayudar a difundir las iniciativas de la Fundación a través de redes sociales.

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